viernes, 24 de septiembre de 2010

H. Gardner

TEXTO 6:
Reportaje a H. Gardner. Revista: Zona educativa


Este norteamericano, hijo de re¬fugiados de la Alemania nazi, es conocido en el ambiente de la educación por su teoría de las múltiples inteligencias. Gardner es profesor de educación y de psicología de la Universidad de Harvard y de Neurolo¬gía de la Boston University School of Medici¬ne. En 1990 fue el primer americano que re¬cibió el Premio de Educacion GRAWMEYER de la Universidad de Louisville. Escribió quince libros y varias centenas de artículos. Una parte central de su teoría fue comenta¬da en dos artículos de esta revista: "Los que y los como", Zona Educativa NI 1, Pág. 33 y "Aprendizaje para todas", Zona Educati¬va Nº 8, Pág. 35.

Zona Educativa: ¿Qué es inteligencia para usted?

Howard Gardner: Mi mirada de la inteli¬gencia es más bien suave pero está cerca de las ciencias duras. Está apoyada en eviden¬cias acerca de como el cerebro ha funciona¬do a través de millones de años y de como funciona en los individuos hoy en día. Mi teoría resalta la habilidad de los humanos de hacer logros, de actuar en el mundo real. Reconoce que la inteli¬gencia, lo que consideramos acciones inteligentes, se mo¬difica a lo largo de la historia. La inteligencia no es una sustancia en la cabeza como es el aceite en un tanque de aceite. Es una colección de potencialidades que se com¬pletan.

Z.E.: En su primer libro, usted habla de siete in¬teligencias...

H.G.: ...interpersonal, intrapersonal, espacial, corporal, musical, verbal y matemática o lógica: esas eran las sie¬te inteligencias que yo había tenido en cuenta cuando escribí mi primer libro en 1983. En este momento creo que existen ocho inteligencias y media. A la octava la debería llamar inteligencia naturalista: es la capacidad de hacer distinciones entre el mundo y la naturaleza. Después de la inteligencia naturalista es posible que haya una inteligencia supernatural, mas allá de lo natural. La clave de esta inteligencia es la capacidad de los seres humanos de hacer preguntas fundamentales acerca de la existencia. La razón por la cual yo considero que ésta es una media inteligencia es porque aún no tenemos evidencia desde el punto de vista neurológico de su existencia.

Z.E.: ¿Por qué la división?

H.G.: Si miramos a nuestro alrededor vemos que las personas tienen apariencias muy distintas, personalidades distintas, caracteres distintos. Mi proposición es que cada ser humano tiene una combinación única de inteligencia. Este es el desafío educativo fundamental. Podemos ignorar estas diferencias y suponer que todas nuestras mentes son iguales. O podemos tomar las diferencias entre ellas.

Z.E.: ¿Hay preponderancia de una inteligencia según la profesión que se desempeñe?

H.G.: Muchas personas -incluyéndome a mí mismo- pen¬saron que una inteligencia es algo específico de un saber o una disciplina: que un matemático utiliza la inteligencia matemática, o un músico la inteligencia musical. Pero es¬to en realidad es cierto de manera parcial, solamente. Cualquier disciplina, arte o área, utiliza muchas inteligen¬cias al mismo tiempo. Yo tengo una inteligencia especial muy desarrollada. No significa que tenga que ser astronauta o navegante. Entonces es importante recordar que una inteligencia es un potencial biopsicológico que no debe confundirse con un dominio del saber, que es una actividad socialmente construida.

Las IM en la educación

Z.E.: ¿A qué atribuye el éxito que su teoría ha tenido en el ámbito educativo?

H.G.: Cuando escribí sobre las teorías de las inteligencias múltiples yo no daba ninguna recomendación particular para la educación. Pero los educadores leyeron mi libro, y tomaron mi preocupación acerca de que hay muchas inteligencias para derivar una serie de sugerencias y propuestas. Todas estas proposiciones fueron correctas y al mismo tiempo equivocadas, porque en definitiva no hay ninguna implicancia directa con la educación desde la teoría que yo propuse.

Z.E.: ¿Qué fue lo que piensa que más atrajo a los educadores?

H.G.: En aquella época, hace diez años, había una proposición que yo sí enfatizaba con mucha seguridad, una crítica a la manera en que la escuela se había organizado. En la mayor parte de los países del mundo de las escuelas se organizan de maneras uniformes. Se enseñan y evalúan las mismas materias de las mismas maneras a todos lo estudiantes por igual, porque parece justo poder tratar a todos lo estudiantes como si fueran iguales. Ellos se apoyan en el supuesto equivocado de que todas las personas tienen el mismo tipo de mente. Pero yo creo que todas las personas tienen un tipo de mente distinto. Nadie gastaría dinero en un terapeuta que ignorara todo aquello que es específico de los individuos.

Z.E.: ¿Un docente con tratamientos especiales para cada paciente-alumno?

H.G.: ¿Dónde está escrito que todas las personas tienen que aprender de una presentación oral o de un libro de texto? Ésas son convenciones culturales no necesidades. Dentro de 50 años se van a reír de nosotros, porque enseñábamos y evaluábamos de la misma manera a todos los alumnos. Porque en el futuro vamos a ser capaces de individualizar, de personalizar la educación tanto cuanto queramos.

Z.E.: ¿Cómo hacer para tener un seguimiento de cada alumno en clases numerosas?

H.G.: Por supuesto que es mucho mas fácil conocer los perfiles de los alumnos si tenemos 20 que si tene¬mos 80, pero en realidad es imposible para cualquier docente conocer a sus estudiantes bien, sin ayuda. Lo más importante es saber si hay buenos registros que circulan dentro de la escuela. Frecuentemente, cuando un niño pasa de un grado a otro, se encuentra con una do¬cente que tiene algo así como amnesia acerca de la expe¬riencia que tuvo el alumno con el docente anterior. Necesita¬mos preservar la información acerca de como aprendieron esos estudiantes, así como preservamos las historias clínicas de una persona a lo lar-go de la vida.


Las IM en la escuela
Z.E.: Usted se ha manifesta¬do reiteradas veces en con¬tra de los tests psicométri cos; ahora bien, ¿cuál es su propuesta para medir a es¬tas ocho inteligencias?
H.G.: Es muy importante eva¬luar las inteligencias, pero los tests estandarizados no son la solución. En Harvard dejamos que los mismos niños nos muestren sus preferen¬cias a través de sus accio¬nes y comprensiones a lo largo del tiempo. En una clase ofrecemos a los estu¬diantes muchos instrumen¬tos musicales para que to¬quen. Tenemos objetos para que desarmen y vuelvan a armar. Les pedimos que construyan maquetas y que nos cuenten historias imagi¬nativas acerca de lo que ellos han construido. Los hacemos jugar y miramos sus habilidades numéricas... pero también nos fijamos si son capaces de engañar a los otros jugadores. Les pedi¬mos que reconstruyan reconstruyan la clase en una miniatura. Y en pequeños modelos de madera ponemos las fotos de los otros estudiantes de las clases. Y miramos las inteligencias personales de los otros estudiantes. Pero también les preguntamos quién juega con quién, quién le gusta a quién, qué fue lo que hicieron ayer y qué fue lo que otras personas hicieron.

“Es muy importante evaluar las inteligencias, pero los tests estandarizados no son la solución”

Z.E.: ¿Es una receta para implementar en las escuelas?
H.G.: Lo más importante es que las inteligencias múltiples no pueden ser un objetivo. Son un instrumento, una técnica, una estrategia. Muchas personas se acercan y me dicen “nosotros tenemos una escuela de inteligencias múltiples”. Yo me sonrío y agradezco, pero lo que realmente me pegunto es ¿porqué estarán usando la teoría de las inteligencias múltiples?. ¿Cuál es el objetivo que persiguen? Una lapicera es un instrumento, podemos utilizarlo para escribir poesía, pero también para lastimar el ojo de alguien.

EXPERIENCIA Y MOTIVACIÓN

Z.E.: ¿Qué son las experiencias cristalizadoras?
H.G.: Son actividades en las que uno especialmente se involucra, que dejan una huella y permiten resig¬nificar nuestras comprensiones. Muchos de nosotros hemos tenido algunas experiencias cristalizadoras en la escuela y eso es maravilloso. Pero sabemos que las escuelas hoy no proveen muchas oportunidades para que los niños tengan estas expe¬riencias cristalizadoras. Muchas veces me pregunté por qué la idea de las inteligencias múltiples es relevante para tantas personas. Yo creo que es porque la idea fundamental es que la teoría reconoce que distintas personas se entusiasman a través de distintas experiencias.

Z.E.: ¿Qué importancia tiene la motivación en el logro de esas experiencias?
H.G.: Todos los docentes saben que es al menos un 80 por ciento de la batalla. No se trata de decir "¡Motívense!". Necesitamos poder encontrar aquello que motiva a los estudiantes y construir desde ahí. El propósito de la educación es lograr que las personas quieran hacer lo que deben hacer. Es un estado muy especial. Las personas pueden hacer grandes esfuerzos para llegar a este estado. Pero siempre hay que recordar el ejemplo del esquiador. Si el desafio es demasiado grande nos ponemos muy ansiosos. Si la ruta de esquí es muy recta entonces se convierte en… demasiado simple. El gran desafío tanto para el docente como para el alumno es encontrar ese equilibrio entre grado de desafío de una actividad y el grado de habilidad de la persona que la realiza.

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